//WL2K Fatu Hiva, Archipilago Marquesas 28 de junio al 1 de julio 2015

Fatu Hiva, Archipiélago de Las Marquesas (Polinesia Francesa) desde el 28 de junio al 1 de julio de 2015

Holaaaa, a tod@s!
Nuevamente aquí. Qué fácil, así da gusto poder mantener el blog!
Como ya comentamos en la primera entrada del Pacífico, por estrategias de navegación es más fácil llegar a Fatu Hiva y luego ir subiendo al resto de Las Marquesas pero por motivos legales de entrada al País y por evitar que pudieran ponernos una multa, decidimos ir a Hiva Oa.
La travesía desde Tahuata hasta Fatu Hiva era de 40 millas y fue un poco lenta e incómoda porque la dirección del viento no era la óptima para nosotros, lo teníamos de frente. Ya conocen cómo se lo toma el Joshua cuando tiene el viento en la nariz, como no puede respirar, se niega a andar :). Tuvimos que hacer unos cuantos bordos. En fin, que así no se disfruta mucho. Eso sí, en el bordo en el que el viento no lo teníamos de frente navegábamos que daba gusto pero eso no valía jajaja. De todas formas, esto es algo que esperábamos que fuera así.
Estábamos un poco «chof» porque parecía que no llegaríamos con luz y eso nos iba a obligar quedarnos fuera toda la noche.
Navegábamos en conserva con el Angard, una pareja de Tazmania que los conocimos en Hiva Oa. También les estaba costando pero su barco no tiene tantos problemas para navegar con el viento un poco de proa. Claro está, llegó antes que nosotros pero no con mucha diferencia.
Tuvimos tanta suerte que pescamos un atún y llegamos justos de luz y de tiempo para tirar varias veces el ancla: la primera no cogió, la segunda rascaba porque estaba entre piedras muy grandes y a la tercera fue la vencida.
La maniobra fue un poco complicada porque habían unos cuantos barcos, hay bastante profundidad, en un santiamén pasa de 22 a 9 metros y enseguida a 5 y además no es muy buen tenedero porque el fondo tiene muy poca arena.
Es verdad que la Bahía es bien fácil de entrar, pero si no se conoce es mejor ser precavido.
Por fin, llegamos a la famosa bahía que ha tenido diferentes nombres: Bahía de Las Vergas, nombrada así por los navegantes en referencia al relieve evocador de los peñones. Los misioneros la renombraron Bahía de Las Vírgenes y, por último Bahía de Hanavave!!! esa que tantas veces habíamos visto en películas y fotos, incluso habíamos leído que es la más bonita del mundo. La verdad que es muy bonita, es idílica.
Bueno, una vez que el ancla agarró y todo quedó bajo control, nos deleitamos en el cockpit tomándonos la cervecita de rigor y admirando la impresionante vista de la Bahía. A nuestros lados teníamos grandes paredes de roca negra volcánica y en su mayor parte cubiertas de árboles y cocoteros, algunos tan inclinados sobre el mar que parecía que en un momento caerían, a babor veíamos unos pináculos o peñones impresionantes y enfrente la playa y un valle profundo. Espectacular!
De repente, comenzamos a escuchar sonidos de tambores. Vinieron a buscarnos los del Angard, esta vez acompañados por los padres de ella que estaban de vacaciones, y nos fuimos a tierra.
Al llegar, en un superficie como la de un campo de voleibol, apenas alumbrados con la débil luz amarilla de una farola habían hombres y mujeres bailando. Allí nos quedamos disfrutando del momento un buen rato.
La fiesta del Heiva la celebran durante los meses de junio, julio y algo de agosto. Por donde vayas hay ensayos de bailes y actos porque el gran día es el 14 de julio. Impresiona ver los hombres bailado sus danzas guerreras, las Hakas que contrastan con la delicadeza de ellas cuando bailan la danza de los pájaros.
Al día siguiente teníamos planeado ir a una cascada bastante grande y quedamos en vernos en tierra.
Cuando llegamos ya estaban nuestros amigos del Angard y a su alrededor un par de niños y una chica vestida con una camiseta ajustada y un pareo, en un brazo un bebé y en la otra mano un cigarrillo de liar que se lo atravesaba en la boca .
Nada más acercarme, los niños empezaron a pedir cosas, me extrañó, la verdad. La niña me pidió ponerse las cholas y se las dejé pero después me dijo que se las regalara. Estaban echas polvos pero eran las únicas que tenía y no podía regalarlas.
Cuando me acerqué a la chica lo primero que hizo fue pedirme cigarros, perfume, pintura de uñas y un sin fin de cosas más.
La chica nos ofrecía cenar en su casa pescado crudo, cabra asada en la barbacoa, cabra con coco, de guarnición fruto del árbol del pan frito y arroz y de postre papaya y pomelo. La mayoría no quería pescado crudo pero yo no como cabra y le dije que yo quería pescado y me aseguró que lo tendría. El precio era 1.600 FPX/persona (unos 13,50 ?). Barato aunque no tenía nada que ver con lo que nos habían contado en relación a la variedad de comidas que solían ofrecer en esos momentos.
Esto lo hacen muchas familias y es una forma de sacarse un dinero extra. Está muy bien la iniciativa porque te sientes como en casa.
Una vez hicimos el feedback y todo quedó claro para la cena: hora, menú y precio. Aún así algo falló…
Para la cascada que nos fuimos todos contentos . El día estaba precioso, el camino iba bordeado de un riachuelo muy bonito, a ambos lados tenía casas bien cuidadas y como siempre todas con su jardín-huerto alrededor. La carretera y los márgenes increíblemente limpios.
Cuánta belleza. Vegetación por donde miraras, palmeras de cocoteros preciosos, mangos altísimos, frutales y más frutales.
Llevábamos caminando un rato y no veíamos indicativo alguno de las cascadas. Afortunadamente nos encontramos a un señor que nos dijo dónde estaba el desvío, que casualmente no estaba muy lejos de donde nos encontrábamos.
A partir de ahí el paisaje cambió y se convirtió en un bosque tropical. Humedad, mucha humedad, por momentos me transportó a la selva de Brasil. Cruzamos el riachuelo, vimos árboles con troncos de formas caprichosas, enormes hojas de plantas, sonidos de diferentes pájaros, caminos mojados y vegetación espesa…
Un buen rato antes de llegar a la cascada oíamos el ruido del agua al caer y queríamos verla ya!!! Por fin, cuando llegamos, todos soltamos un oooooooh!!!
Qué belleza, bajamos y nos quedamos como tontos mirando el salto altísimo y la piscina que se formaba. No nos lo pensamos y disfrutamos como niños, unos tirándose desde un peñón, nadando o poniéndonos debajo de donde caía el agua DULCE!!! qué maravilla. Además habían gambas grandes que nos hacían cosquillas en los pies. Parecía de cuento! De regreso íbamos ligeros de alma, qué sensación más gratificante. Ese día el atún que pescamos lo hice en adobo y lo comimos en el Angard.
Donde haya un buen adobo canario y un buen mojo hay alegría:). Qué decir que a los Tazmanos les encantó y como siempre, piden la recita «the recipe, please» jajajaja.
Sobre las 8 habíamos quedado con Cristinne, la anfitriona, para que nos guiara hasta su casa.
Nada más verme me pidió un cigarrillo (yo estaba intentando dejar de fumar y lo que hacía era liarme alguno para cuando salía pero ese día llevaba 3) y así se lo hice saber. La invité a uno, yo me fumé otro y le dije que el tercero era para después de cenar. Pero ella me pidió el tercero para su novio. Eso ya no me gustó como tampoco me gustó que durante el camino a su casa no parara de pedirme todo tipo de cosas.
Por el camino también me preguntó de todo y sin ningún tipo de reparos. Entonces, ya en el mismo nivel, le pregunté por el bebé que le vi por la mañana y me dijo que no era su hijo que ella tenía 19 años (no me lo creí) que vivía con su novio en casa de los padre de él (tampoco era verdad). En fin, que una detrás de otra.
Cuando llegamos a su casa el olor a cuero de cabra tiraba para atrás. La casa estaba sucia, las cortinas con churretes, en la mesa ya estaba puesto el pegote de arroz frío como un témpano , otro plato con una cosa y salsa blancuzca, unos palos carbonizados en un sucio y típico caldero de aluminio de ellos, el pomelo ya cortado en trozos y plátanos para empujar la comida (no se sirven de pan). Vamos que peor no lo podía haber hecho.
Nos hizo sentar, cual malvada intitutriz jajajaja, y todos nos mirábamos a ver quién se sentaba primero porque creo que lo que se nos ocurrió, a todos a la vez, fue echarnos a correr hacia el barco jajajajaja. Ahora nos reímos! Además, la cosa es que entre nosotros no había mucha confianza como para comentar lo que veíamos en ese momento. Pero todos teníamos en las caras la misma expresión de asombro e incredulidad.
Una vez sentados, Eggi y yo estábamos de espaldas a donde cocinaban, y los padres de Tab justo de frente a la cocina. Yo empecé a verles una cara que no me gustaba y cuando miré para atrás vi la especie de cocina (en el mismo espacio donde estábamos nosotros), en un lado el «pseudo fregadero» con un grifo muy viejo con un hilo de agua que no paraba de caer y el ruido podía llegar a ser torturador. En el lado contrario, un cajón con una cocinilla con más suciedad que el palo de un gallinero.
El pobre muchacho friendo el árbol del fruto del pan y ella sentada mandando y mirándonos con cara de demonio jajajajaja
Nos dice que comamos y cuando le pregunto por el pescado me dice que no, que lo que hay es pollo y cabra con coco, todo mezclado. Cuando voy a servirme el olor a zoco árabe me provocaba y le digo que yo no ceno. Que no se preocupe.
Entonces me mira con cara de querer matarme, coge el plato y con los dedos, de haberse estado tocando el pelo todo el rato y no sé que más, empieza a poner los trozos que ella creía que eran de pollo en mí plato y me lo da.
Le digo que lo siento, pero que ya tiene sabor a cabra y que ella sabía que yo no como esa carne.
Ya me había hecho a la idea que no iba a cenar lo único que me sabía mal por los demás. De todas formas ellos, con reservas y todo, ya llevaban un rato comiendo. Entonces, enfadada le habla en marquesiano a su novio y él se marcha.
Al rato regresa con un trozo de pescado congelado que pone debajo del hilo de agua que salía del grifo y lo pone en un bol para que le cayera el agua y otras iba y lo sobaba para que con el calor se descongelara antes. Foooos! Yo le insistía que no quería cenar pero no me hacían el más mínimo caso. Dirían que la cosa no estaba cómo para perder dinero! Jajajaja No me lo podía creer!!!
Al cabo de un rato tenía mí pescadito frito en aceite más que negra. Jajajaja. Doradito sí que estaba. Menos mal que los que querían comer carne se quedaron con hambre y me ayudaron a comérmelo. La cabra asada (no era otra cosa más que palos de costillas negras con apenas carne), y el plato que puso con la mini ración de cabra y pollo al coco (eran unos trocitos de cabra y pellejos de pollo) se quedó en el plato porque nadie pudo comerlo, jajajajaja. Vamos, que nos tomaron el pelo al revés y al derecho, jajajajaja!!!
A todas estas,sin ánimos de ofender sino que en su fisonomía se parecen, la Cristinne, que es una mezcla en un 80% de Falete y un 20% de La Pantoja, salió y regresó enseguida, se había cambiado de pareo y el pelo se lo recogió. Con cara de contenta nos dijo que después iban a ir a bailar. Ella era como un perro faldero, no se separaba de nosotros ni nos quitaba ojo.
Aún no había terminado de comer porque entre que el pescado estaba caliente y que tenía que mondar las espinas… cuando va y nos dice que terminemos YA! porque se tienen que ir al baile jajajajaja. Será cara dura la tía! Nos mirábamos y no nos lo creíamos. A todas estas parecía que la única insatisfecha y que decía algo era yo.
Total que para lo que estaba disfrutando la comida… paro y le decimos de pagar.
La tipa hace unos gestos raros y nos pide más dinero del acordado y le digo que ni hablar, que ella había dicho 1.600 FPX.
En ese momento, Eggi que habla perfectamente francés, le dice que ni hablar, ella se reafirma entonces mi chico se pone muy serio y ella se desdice. Al traducirles a los del Angard también asienten en que ese no fue el trato.
Cuando quisimos pagarle, teníamos un billete grande y ellos no tenían cambio ni tan siquiera con el dinero que le habían pagado el Angard. Así que Eggi le dijo que mañana le pagaba. Para qué fue aquello, muchacho! Sí no podíamos cambiarlo en ese momento en el pueblo sí o sí no les quedaba más remedio que esperar. Afortunadamente tuvimos suerte de encontrarnos a alguien que nos cambió y le pagamos. Uf!
Cuando salíamos de la casa, otra vez me pidió el cigarro que me quedaba, con más vergüenza que ella, tuve que decirle que ella sabía que ese era para mí.
Cuando me vio encenderlo me dijo que era para las dos, sí, eso me dijo jajajajaja. No me lo podía creer. Estaba sobrepasando el límite de mí paciencia y así se lo hice saber. Yuos, menudo show!
No podía creerlo, mira que hay casas y familias y tuvimos que caer en casa de la CARA DURA más grande de Las Marquesas 😉
Ya en el baile, donde ensayan es un local de construcción abierta con el tejado soportado por cuatro columnas y el suelo de cemento. Llevábamos un rato de pie y me senté al lado de una señora que tenía a un precioso bebé en sus brazos. De repente, empezó a preguntarme, de donde venía, cuántos éramos en barco, que si tenía hijos, bla bla bla, y cuando menos lo esperaba empezó a pedirme cosas, una, otra y otra. De lo que me pedía, yo, con sinceridad, le respondía que tenía una o que no tenía. En un momento dado, como intuyó que no me iba a poder sacar nada se enfadó y me dijo que qué es lo que tenía yo en el barco que se lo dijera. Le dije que era pequeño y que llevamos lo básico que necesitamos para el día a día. Chacha, se levantó y desapareció como si se la llevara el viento. Ditasea, qué desagradable y qué ganas de marcharme de allí!!! Pero aún nos quedaba otra joya que conocer.
Por la tarde y la noche tuvimos viento con fuertes rachas que nos venían acanalados desde las montañas. Estábamos preocupados porque por momentos llegamos a tener 35 nudos y también era incómodo sentir los tirones de la cadena.
Entre el viento y que ya habíamos conocido el pueblo, disfrutado de la cascada y conocido a la carota de Marquesas, decidimos que nos iríamos a Omoa el otro pueblo de la isla pero antes queríamos coger agua buena de un grifo que había donde dejábamos los dinguis.
A medida que avanzábamos con el dingui hacia tierra, veía que debajo del árbol que está en la mitad de la playa había una persona y que se había levantado e iba hacia donde íbamos nosotros.
Al bajar, del dingui estaba allí y se nos acercó. Otra carota, con el mismo bebé que el día anterior tenía la Cristinne. No me lo podía creer. Ooootra vez el mismo rollo, por favor, noooo!!!
Que si tenía perfume, pinturas, cabos de barcos. A todo le decía que no y por último me dice: Mira, llévame al barco que miro lo que tienes y te digo qué quiero. El conejo me riscó la perra, jajajajaja!!!
Ahora ya iba comprendiendo o al menos llegué a la deducción que se prestaban el niño de unas a otras y que cada día le tocaba a una hacer la guardia para ver que pillaban de los barcos que llegaban. Más tarde entendí el por qué pedían tanto.
Normalmente, y como les comenté, por estrategia de vientos y corrientes es mejor llegar a Fatu Hiva. Los Francos Polinesios raramente se consiguen en los bancos, así que desde tiempos remotos todo el que llega no tiene moneda oficial y por lo tanto se favorece el cambio.
Una pena, pero no veía la hora de salir de aquel sitio tan bonito pero que para mí había perdido su magia.
Esta entrada la tengo escrita desde hace un tiempo y ahora que la reviso afirmo que esto fue un hecho aislado, jamás en Las Marquesas nos encontramos a alguién así. Fatu Hiva tiene dos únicos pueblos que son Omoa y Hanavave.
El día 30 de junio, junto con el Angard levamos el ancla y nos fuimos a Omoa.
Tiene una bahía grande y muy abierta. El fondeo fue incómodo pero los dos días que estuvimos los pasamos bien.
Su pueblo es relativamente grande y como siempre, limpio, casas con jardines con flores y árboles frutales. De su población, qué decir… Que son tremendamente hospitalarios, amables, educados y que ME ENCANTAN!
Fatu Hiva, entre sus dos poblaciones tienen unos 500 habitantes que viven básicamente de la pesca, la fabricación de tapas (con las que confeccionan sombreros, bolsos y sobre todo láminas donde pintan motivos de tatuajes marquesianos), esculturas y la fabricación de la colonia o aceite de monoï.
Hasta la llegada de los occidentales, en el Siglo XVIII, la tapa fue el único material con el que los polinesios se hacían las ropas para vestirse.
Siempre fue y sigue siendo un trabajo exclusivo de mujeres, y sólo se hacen en Fatu Hiva, irreductible bastión de la resistencia de este arte ancestral.
Sabíamos que en Omoa había varias personas que las hacían y queríamos ver a alguna. Así que tras pasear por el pueblo y alejarnos un poco de su núcleo pasábamos por una zona donde vimos a una señora trabajando en el jardín y tras un ratito de conversación nos invitó a entrar en su casa. Casualidad, resultó ser una de las personas que hacían tapas.
La señora nos explicó el proceso y nos enseñó los árboles de los que las hacía y que, dependiendo de los mismos, la tapa podía ser de diferentes colores.
La corteza la pone sobre una piedra lisa y le da golpes con una barra rectangular de madera hasta dejarla tan fina como una hoja, después la lava y la pone a secar. Finalmente, utiliza tintes naturales con los que pintarlas. Todo el proceso se hace de forma natural sin usar aditivos.
Omoa nos gustó mucho.
Ahora tocaba conocer otras islas, e ir hacia el norte. Para ello, volveríamos a ir a Tahuata. También queríamos ir a Hanamenú, bahía al norte de Hiva Oa y que nuestro amigo marquesiano, John, tanto nos había insistido en que fuéramos. Hasta la próxima,
Eggi@Fabi

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3 respuestas a //WL2K Fatu Hiva, Archipilago Marquesas 28 de junio al 1 de julio 2015

  1. PEDRO JAVIER SANCHEZ RODRIGUEZ dijo:

    Hola. Enorme alegria saber de ustedes. Que envidia mas grande…….jejejeje.
    Respecto a las navegaciones en sí. ¿Cuáles han sido los momentos mas complidados?. ¿La mar, el viento, averías…..?
    Cuentenos porfa.
    Muchos besos.

    [cid:01c4-0001@01d1d051.49596de6]
    PEDRO JAVIER SANCHEZ RODRIGUEZ
    TERRITORIAL SUROESTE-CANARIAS – SUC. LAS PALMAS FUENTE LUMINOSA
    T + 34 928380106
    pedrojavier.sanchez@generali.com

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    • Pedrooooo, hola, qué alegría! Te escribiré desde el Pactor
      Ahora estamos en Tonga pero sin lugar a dudas, las travesías más duras han sido la de ida y vuelta a Nueva Zelanda. Un frente cada tres días y vientos de 55 nudos
      Saludos marineros y besos salados

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  2. Conchy dijo:

    Hola Fabi!!!! Jo que interesante todo lo que cuentas o mejor dicho todo lo que vives, porque no dejan de pasarte aventuras varias….. Jajajaja!!!
    Un beso grande grande!!!

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